SAFARI MADRID

¿Habéis leído Del Amor y Otros Demonios de Gabriel García Márquez? Si no lo habéis hecho os lo recomiendo mucho. En realidad os recomiendo cualquier cosa que haya salido de la mente del gran Gabo, pero en este caso necesito transmitiros una visualización que yo tuve hace años cuando lo leí. Os estaréis preguntando “¿Qué tiene esto que ver con el Safari Madrid?” Tranquilos que la analogía tiene sentido… al menos para mí.

Si la habéis leído recordaréis que en el primer capítulo se habla de la enfermedad de la rabia en animales y humanos ya que que juega un papel importante en la trama de la novela. En uno de los pasajes, Gabo, en su magistral uso del lenguaje para hacerte ver cosas como si en vez de tener delante un montón de letras tuvieras una imagen en movimiento a todo color, describe cómo “antes de dos semanas, una horda de macacos luciferinos descendió de los montes a pleno día”. Para mí esta imagen está grabada a fuego, no ya en mi memoria, sino en mi retina. Horda de macacos luciferinos. Lo leí con 20 años y mi cerebro hizo un flashback instantáneo a cuando tenía 8 y los vi. Los vi en los montes corriendo ladera abajo, rabiosos en la Cuba de la novela, y los vi en el Safari Madrid en 1983, corriendo como poseídos por la fiebre del cacahuete hacia el SIMCA 1200 de mis padres. El SIMCA 1200 blanco en el que mi hermana y yo (mi hermano aún no había nacido) gritábamos de alborozo en el asiento trasero del coche y saltábamos arriba y abajo sin cinturón de seguridad mientras mis padres se apresuraban, también como poseídos, a subir las ventanillas girando la manivela a toda prisa (hello años 80, elevalunas eléctri-qué?). Una horda de macacos luciferinos que saltaban y corrían por encima de nuestro coche gritando y colgándose de los espejos retrovisores. Golpeando los cristales con cara de querer jugar pero también con expresión maliciosa (o eso interpretaba yo, que con 8 años era experta en fisonomía primate). Uno de los retrovisores no sobrevivió. Salir del coche para recogerlo no era una opción así que allí se quedaría. Pero no os desaniméis. Seguid leyendo que los años han pasado y la cosa no es tan luciferina casi 40 años después.

¿Cómo una experiencia como la que acabo de describir puede servir para que esta misma familia, la mía, repitiera esta visita en varias ocasiones? La vez siguiente con el Renault 9 azul metalizado. En esta ocasión los monos se acercaron pero con menos interés puesto que aprendimos la lección y no bajamos las ventanillas para enseñarles cacahuetes que les volvieran locos. Y aunque se subieron por el coche (alguno se hizo pis encima) estaban menos… rabiosos. Repetimos una tercera vez, con el VW Passat de color granate. Y aquí es donde respondo a la pregunta de por qué repetíamos, por qué una y otra vez con el correr de los años mis padres nos llevaban al Safari Madrid. La respuesta es sencilla. La experiencia no la viven igual los adultos que los niños. A la vez que mis padres veían monos sucios con el potencial de estropear el coche, veían también nuestras caras, escuchaban nuestros grititos felices y eran testigos de la emoción de una experiencia que formaría parte de los recuerdos de la familia. Todavía ayer cuando mis padres supieron de nuestra visita comentamos los episodios del retrovisor y el pis de mono con cariño y nostalgia. Pero insisto, seguid leyendo que la cosa ha cambiado desde entonces.

Disclaimer

Os voy a contar en qué consiste la visita al Safari Madrid pero me vais a permitir hacer un disclaimer primero. Está en cierta medida relacionado con lo que os contaba anteriormente.

En mi opinión, cuando se visita el Safari Madrid como adulto hay que hacer un ejercicio de regresión a la infancia. Hay que tratar de vivir la experiencia y de tener la visión que tendría un niño. ¿Qué quiero decir? Os pondré el ejemplo de mi propia experiencia. El recuerdo que yo tengo de niña es el de un lugar emocionante en el que tienes ocasión de ver a los animales más cerca de lo que ningún niño de ciudad tiene oportunidad de ver. Es todo adrenalina y felicidad. Nada empaña esa visión. Cuando regresas a ese mismo lugar como adulto, la experiencia es diferente. Las instalaciones del Safari Madrid no han cambiado apenas en los últimos 40 años. Y lo que de pequeña te parecía la caseta de los osos, ahora te parece una choza semi derruida con aspecto decadente. El que los ciervos te babearan la ventanilla que te parecía súper divertido con 10 años, con 40 te hace pensar en que después de este día vas a tener que ir al túnel de lavado. El barecito donde se puede comprar una hamburguesa para comer que te parecía un merendero colorido y festivo, es en realidad una chocilla con una barra. Lo que intento transmitir es que el aspecto de algunas instalaciones no es nuevo, ni especialmente bonito. Es setentero, viejito y hay quien lo puede tildar de cutrecillo. Para mí tiene un aire vintage decadente que hasta me gusta. Pero lo importante que se va a hacer allí es vivir la experiencia. Y la experiencia no tiene nada de cutrecilla. Yo ayer fui totalmente capaz de ver más allá del aspecto viejito de la pista de karts que hay a la entrada, y pasé un día súper emocionante viendo a un herbívoro grande del que no sé el nombre babear con su lengua negra toda la ventanilla de Aurora. Fui capaz de ponerme mis gafas de 1983 y me lo pasé en grande. Y para ser justos, cuando levantas la vista y ves las laderas de las colinas que rodean el enclave, el lugar es precioso.

Y ahora sí, después de este disclaimer vamos con la información práctica que es a lo que todos estáis deseando llegar.

Qué se puede ver

El Safari Madrid es una finca enorme en Aldea del Fresno (más o menos a 1 hora en coche desde Madrid) en la que se exhiben muchos animales, siendo la gran atracción la parte en la que están en situación de semi-libertad. ¿Qué quiere decir esto de semi-libertad?. Pues que hay vastas extensiones de terreno, cuyo perímetro está vallado pero que son muy grandes, en las que los animales viven sin estar confinados en una pequeña jaula. En realidad es como si estuvieran en una jaula, pero es tan grande que pueden correr, cazar, y pastar a sus anchas. No es como el reino animal en ningún caso, porque son animales que están acostumbrados al contacto con el hombre, pero se intenta que estén a gusto y cuidados.

Una cosa que a mí me parece importante señalar, es que muchos de estos animales han sido donados por el S.E.P.R.O.N.A. Han sido requisados en partidas que se incautan de caza furtiva o de comercio ilegal (ya sabéis, para los ricos excéntricos que quieren colmillos de elefante o polvo de cuerno de rinoceronte, o que han visto Aladdin y se creen que pueden tener un tigre de Bengala de mascota y pagan lo que sea para que se lo cacen y se lo lleven a casa). Para estos animales, vivir en semi-cautividad no es tal vez la vida ideal, pero es una segunda oportunidad sin duda mejor que la vida que les esperaba.

Recorrido en coche

La parte más emocionante de la visita es el recorrido por la zona de animales en semi-libertad. El recorrido se realiza en coche. No está permitido bajarse del vehículo en ningún punto del recorrido, pero dependiendo de la sección en la que te encuentres sí podrás detenerlo y bajar las ventanillas. Y aquí van los cambios con respecto a 1983 que harán que dejéis de preocuparos por los monos y por las posibles abolladuras del coche. Atentos.

Hay 5 secciones en este recorrido. La primera es la de los Grandes Herbívoros. Esta es la única parte del recorrido en la que se permite hoy en día bajar las ventanillas para dar de comer a los animales. Luego os cuento más sobre la comida de los animales. Aquí hay ciervos, gamos, ocas, avestruces, emus, llamas… Todos se acercan a las ventanillas y no tienen fin comiendo. Es la parte más divertida y aquí vais a parar el coche cada 5 metros porque es genial.

En las siguientes secciones ya no vas a poder abrir la ventanilla aunque te puedas parar. Aquí la cosa ha cambiado desde hace unos 6 años que nosotros vinimos por última vez. En la zona en la que se encuentran los camellos y las cabras solía estar permitido alimentar también a los animales. El problema era que las cabras se lanzaban como locas hacia los coches y se ponían a dos patas apoyadas para alcanzar la altura de las ventanillas y yo recuerdo a mi marido ponerse pálido con cada patada de las pezuñas de las cabras en la carrocería. Tanto es así que como pensábamos que la cosa seguía igual, ayer decidió que había que ir con el coche viejo. Pero tranquilos, porque como ya no se puede dar de comer a las cabras, ya no se suben a los coches porque saben que no hay nada para ellas. La pena son los camellos porque era súper divertido verles esas bocas tan enormes y esos morros blanditos con sus babas meterse por el resquicio de la ventanilla bajada. Pero bueno, se acercan mucho al coche y se pueden ver aunque no se les dé de comer.

Como os decía, aunque no se pueda alimentar a los animales, el coche sí se puede detener para poder observarlos con detenimiento en todas las secciones. Puedes pararte junto a los leones un rato para verlos bostezar perezosos tirados al sol y captar una imagen de esas tremendas fauces abiertas de par en par. Puedes pararte junto a los hipopótamos para verlos hocicar en el lodo. Puedes tomarte tu tiempo en todas partes MENOS EN LA DE LOS MONOS. Al pasar cerca de los monos te aconsejan que no detengas el vehículo, aunque pases despacito, para evitar que les entren las ganas exploratorias y se suban por encima del coche buscando nuevos compañeros de juegos. Así que tranquilos. No más retrovisores rotos, no más orín de mono chorreando por la luna trasera, no más dedillos de mono intentando abrir las ventanillas.

Todo el recorrido en coche lo puedes hacer todas las veces que quieras. Puedes dar vueltas por una sola sección si es la que más te gusta (nosotros estuvimos gran parte del recorrido sólo en la sección de los Grandes Herbívoros como os podéis imaginar), o puedes recorrerlo todo y hacer eso todo el día.

Mini-Zoo

El Safari Madrid tiene otras partes que también exhiben animales y se pueden visitar con la misma entrada. Hay un Mini-Zoo. Es decir, animales en jaulas más al estilo de un zoo tradicional. Aquí según la temporada los animales que puedes ver son distintos porque son también procedentes de incautación y animales protegidos o que están siendo rehabilitados por lo que cambian de una visita a otra. Esta vez había poquitos pero aunque las instalaciones son viejitas, los animales se ven súper cerca y están muy bien cuidados. Cualquier empleado te contará la historia de cualquiera de los animales que te interese conocer y te explican cómo los cuidan. Nosotros nos paramos delante de la jaula de un jaguar y Aurora observó que tenía la el extremo de la cola herido, como ensangrentado, y quiso buscar a un empleado para avisarle. Y el empleado nos explicó lo que le pasaba, por qué tenía la cola así y cómo se la estaban tratando y cuánto iba a tardar en curársele. Como os decía al principio, las instalaciones no son particularmente bonitas pero se puede aprender mucho.

Rincón de los Mansos

Otra de las zonas que es un éxito total con los enanos es la que llaman El Rincón de los Mansos. Es como un corral bastante grande lleno de cabritas. Como el clásico petting zoo en el que puedes meterte y alimentar y acariciar a los animales. Hay muchas cabras y son muy amistosas. Se os subirán por encima si ven que lleváis comida. Nosotros entramos con la bolsa de zanahorias y fue un estrés porque nos perseguían las cabras y se nos ponían encima a dos patas y a Eloísa la arrinconaron contra la valla y hubo un momento de pánico mezclado con hija mía no te puedo ayudar porque me meo de risa. Cuando se acabaron las zanahorias ya estuvimos mucho mejor porque ya podíamos acariciar las cabritas sin agobio. Aquí estuvimos mucho rato. Aviso para navegantes, el olor a cabra con el que se sale de allí es notable. Si hace bueno os recomiendo que entréis sin los abrigos, así una cosa menos que tendréis que lavar al llegar a casa. Yo no lo hice. Aquí os ofrezco generosamente la oportunidad de aprender de mis errores para que no tengáis que aprender de los vuestros.

Exhibición aves rapaces

Esta exhibición no puedo recomendarla lo suficiente. A nosotros nos ha encantado las dos veces que la hemos visto. No sólo por tener oportunidad de ver aves impresionantes muy de cerca, sino porque las explicaciones que las acompañan son interesantísimas y súper educativas. Los empleados que realizan la exhibición se nota que aman a estos animales y que los conocen muy bien. Al entrar os darán información de los horarios. Creo que hay dos al día, a las 13h y a las 16h30. Organizaos el tiempo para poder verla porque merece mucho la pena. Dura una media hora.

Otras exhibiciones

Hay un Aviario, una zona llena de aves de todos los colores y tamaños. A los peques les encantan los miles de tipos de loros (los voy a llamar loros de forma genérica porque así nos entendemos y queda claro que no soy ornitóloga) que además son súper escandalosos y animan mucho con sus graznidos.

Hay también un reptilario y me parece que una exposición de insectos pero no os puedo dar detalles porque ninguna de las veces que hemos ido nos ha dado tiempo de visitar ninguno de los dos. Hemos pasado tanto tiempo en el recorrido en coche, las cabritas y el mini-zoo, que los cocodrilos nos han parecido menos atrayentes. Y para nosotros ahora después de vivir en Texas que teníamos los cocodrilos en la acequia de detrás de casa todos los días ya no nos impresiona verlos en cautividad.

Otras atracciones

Hay una pistita de karts, y unos toboganes de esos muy altos por los que te tiras con un saco. Nosotros hemos montado en los karts en la visita anterior y ayer íbamos con la intención de montar en los toboganes pero se nos echó la hora encima y ya no nos dio tiempo. Estas atracciones no están incluidas en el precio de la entrada y se pagan a parte pero nos dieron un descuento para los karts.

Datos útiles para la visita

Os dejo ahora con datos útiles para la visita que me parece que os pueden interesar.

Esta es la web del Safari Madrid en la que podéis ver los horarios y los precios junto con información de cómo llegar y lo que podéis ver https://www.safarimadrid.com/

Entradas

Si queréis ahorraros unos eurillos (no es mucho, nosotros en las 4 entradas nos ahorramos 5 eurillos en total) podéis comprar las entradas en Atrápalo.com pero tened en cuenta algo importante. Las entradas compradas en Atrápalo sólo sirven si NO las habéis comprado el mismo día de la visita. Y los amigos de Atrápalo no te avisan de esto durante el proceso de compra, sólo cuando ya tienes la entrada impresa lo puedes leer. Nosotros las sacamos el mismo día y cuando lo vimos íbamos ya preparados para tener un enfrentamiento allí mismo en la taquilla pero no nos pusieron problemas aunque nos dijeron que lo tuviéramos en cuenta para la próxima vez. Yo considero que es una mala práctica de Atrápalo y que si no nos llegan a dejar entrar habría tenido que pelearme un poco. Pero bueno, tenedlo en cuenta porque yo creo que ayer había poca gente y no les importaba dejarnos pasar, pero si llega a haber una cola de coches a la entrada igual nos dicen que no podemos entrar. En cualquier caso, ahí os dejo el tip por si os sirve.

Comer

Dentro del Safari hay un bar con un merendero en el que podréis comprar hamburguesas, helados y cosas así. Tienen un microondas por si quieres calentar comida (purés o comida que lleves de casa). Fuera del Safari, justo a la entrada hay un restaurante en el que sirven menús del día y a la carta y con la entrada se puede salir del parque para comer y luego se puede volver a entrar.

Por todas partes hay muchas mesitas de picnic y está permitido llevar tu propia comida. Esta es la opción que nosotros elegimos siempre. Llevamos comida de casa, hacemos un picnic y luego nos compramos allí un heladito y nos tomamos un café en el bar. A nosotros nos encanta porque sólo el hecho de preparar el picnic ya es como el inicio de la aventura desde antes de salir de casa.

Comida para los animales

A los animales se les alimenta con zanahorias. Y se las engullen prácticamente enteras con lo que una bolsa de zanahorias dura lo que tardan en asomar el hocico por la ventanilla dos ciervos. Las zanahorias se pueden comprar allí. Venden bolsas de papel que vienen a tener alrededor de 1kg de zanahorias y cuestan 2 euros. Nosotros la primera vez las compramos allí pero ahora ya hemos aprendido la lección y hemos comprado 5 bolsas de zanahorias en el súper que nos han costado a 0.65eur la bolsa y hemos tenido zanahorias para todo el día por poco más de lo que nos hubiera costado una bolsa allí. Así que ya sabéis, haceos con un cargamento de zanahorias. Además nos llevamos el pelador y por el camino las niñas se pelaron dos zanahorias y se las comieron como snack.

Mejor época para visitar

En mi opinión lo mejor es ir en un día de invierno o de otoño de esos con sol en los que no hace frío y te puedes sentar a comer de picnic aunque sea con el abrigo puesto. Si no sois alérgicos al polen, la primavera temprana también es una buena época. Os digo por qué me lo parece.

El Safari es una extensión de terreno enorme y con poca sombra. A excepción del Mini-Zoo en el que hay árboles altos, todo el resto de la visita se realiza al sol. Si vais con mucho calor puede ser muy desagradable porque en la parte divertida del recorrido en coche se llevan las ventanillas bajadas con lo cual no se puede disfrutar del aire acondicionado. Las zonas de picnic están mayoritriamente al sol y la exhibición de aves rapaces es al descubierto en un pequeño anfiteatro en el que si te está dando un sol de justicia en la cabeza es probable que no disfrutes nada.

Una de las ventajas de la primavera es que coincide con la época de cría de muchos animales con lo que veréis bebecitos de muchas especies y en el corral de las cabritas los bebés cabrita hacen las delicias de los bebés humanos. Eso sí, como apuntaba antes, si tenéis alergia al polen sufriréis durante varios días.

Nosotros elegimos el día de ayer, un día de invierno soleado y fue perfecto. La única desventaja es que no pudimos ver a los osos porque en esta época del año están hibernando. Pero a nosotros nos mereció la pena porque fue un día muy agradable.

Espero haber cubierto las preguntas que pudierais tener acerca de esta visita. Os la recomiendo con niños y os animo a que vayáis con la mente abierta y ganas de disfrutar. Si hay algo en particular que os interesa saber que no ha quedado respondido en este post podéis dejarme un comentario más abajo y así lo respondo ahí para que todo el mundo pueda verlo.

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